Lectura
Criterios para valorar el propósito comunicativo
Al leer un texto
debemos hacernos estas preguntas:
¿Pretende el autor
informarnos de algo? ¿Pretende enseñarnos algo? O, por último: ¿Busca
convencernos de algo?
De este modo
tenemos tres propósitos o intenciones de un autor: informar, enseñar o convencer.
Y estos tres propósitos están relacionados con tres tipos de informaciones: hechos,
opiniones, inferencias.
Hechos: Son
acontecimientos o sucesos comprobables.
Opiniones: Son
juicios de valor.
Inferencias: Son
deducciones que se extraen de un cosa a partir de la otra.
Observa ahora
algunos ejemplos d estos tres tipos de formas en que presentamos una información.
Hechos
Con los ojos bien
abiertos, casi sin pestañear y siguiendo con la mirada cada movimiento de los llamados
duendes del Polo, los niños de la escuela 26 de Septiembre, ubicada en el km
13,5 de la avenida Samborondón, observaba el show navideño organizado por los
estudiantes de tercero y quinto de Educación General Básica (EGB) y las madres
del colegio Delta.
Sánchez, Carolina
(2015.12.17). Colegios de Samborondón ayudan en Navidad. El Universo. Extraído
el 12 de enero de 2016 desde la página web: http://goo.gl/aVFNyT.
Lo que se cuenta
aquí es un suceso verificable. En efecto, el 17 de diciembre de 2015 ocurrió
este hecho en ese lugar: unos niños mirando un espectáculo navideño en una escuela
de la Costa. No hay opinión allí.
Quien cuenta el
suceso (en este caso un periodista) se limita a describir lo que vio ese momento.
No muestra su punto de vista acerca de si le gustó o no, si le pareció mal o bien,
si nos resume el punto de vista de otra persona.
Opinión
Una película, por
más que sea producto de una industria, o un elemento más de entretenimiento de
masas, es un objeto de consumo que se debe desentrañar, sobre todo para
establecer un discurso que nos coloque, en este momento histórico, de cara a
aquellas experiencias que culturalmente se vuelven importantes.
Ya sea porque
realmente lo sean o porque el marketing lo ha determinado así.
Estamos en un
mundo en el que el cine de Hollywood usa al universo de los superhéroes como
germen de sus grandes producciones y no podemos escapar de eso. Este año no lo
haremos: en menos de un mes tendremos al Capitán América dándose de golpes con
Iron-Man y semanas más adelante volverán los X-men a la pantalla, porque no hay
nada más que hacer, el cine es ahora una plataforma en la que los personajes de
los cómics se deben desarrollar, pero no como se supone que podría ser.
En este fragmento
de Varas no nos cuenta hechos: los comenta. Prestemos atención a los adjetivos que
usa: grandes, importantes, histórico. Estas palabras califican una realidad,
por lo tanto, asumen una actitud. Y esta es propia del autor. Es, por tanto, un
criterio personal de él, no un hecho objetivo, indiscutible. Podemos
compartirlo o no.
Inferencia
Al llegar a la
biblioteca, antes de encontrar el espacio exacto para los libros, me percaté de
aquel sello de tinta azul que identificaba el nombre del propietario y la
pertenencia de esos magníficos tomos a su biblioteca personal. El dueño
resultaba ser un personaje público de gran prestigio que había incursionado en
el mundo de las letras, y que pertenecía además a una familia de notables
intelectuales ecuatorianos. Se me vino a la mente la imagen desapacible de esas
extensas bibliotecas formadas en el tiempo por varios antepasados y
engrandecidas por generaciones futuras hasta que, en algún mal momento, ese
miembro de la familia al que siempre le estorbaron los libros, o quizás aquel
otro que estaba pasando apuros económicos, tomó la decisión de regalar,
subastar o mal vender el tesoro de sus padres o abuelos. Así, marcado por esa
imagen desoladora, me entregué durante algunas semanas a «Los Thibault».
Tres años después,
en circunstancias que no vienen al caso, conocí por casualidad al propietario
original de los libros. Confieso que tuve que armarme de valor para decirle que
yo tenía esa colección que él había perdido, o vendido o regalado, tiempo atrás.
El caballero (lo
es en toda la extensión de la palabra), esbozando una sonrisa, me contó que
muchos años antes había prestado esos libros a un amigo suyo, que éste nunca se
los devolvió, y ahora, por fin, se explicaba qué había sucedido con ellos.
Aquí, la
inferencia da gracia y atracción a la narración. El escritor infiere que el
anterior dueño de los libros los vendió por un apuro económico o porque,
simplemente, no le gustaban. Pero, luego, al conocer al verdadero dueño, se
percata de que su inferencia no era la correcta; fue descartada por los hechos
reales. Así entendemos qué es una inferencia: una conclusión extraída partir de
un hecho y una opinión.
Actividades
¿Qué es una inferencia?
Palabra de origen
latín desglosada de la siguiente manera; prefijo “in” (hacía), verbo “ferre”
(llevar ) y la terminación “ia” que denota una (acción o cualidad), esto quiere
decir que la inferencia es la deducción de una cosa a partir de otra, es el
acto o proceso de derivar a un resultado o concluir.
¿En qué se diferencia de la opinión?
La inferencia es
cuando una persona comparte o apoya los pensamientos e ideas de otra persona
sobre un tema en específico y una opinión es cuando cada quién puede expresar
libremente sus ideas y pensamiento sin necesidad de respaldarse de otros.
Buena bro me ayudo
ResponderEliminarEs muy bueno lo que se haceb🥰
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