martes, 3 de abril de 2018

Lectura Poesia Siglo XIX


Lectura
Criterios para valorar el propósito comunicativo
Al leer un texto debemos hacernos estas preguntas:
¿Pretende el autor informarnos de algo? ¿Pretende enseñarnos algo? O, por último: ¿Busca convencernos de algo?
De este modo tenemos tres propósitos o intenciones de un autor: informar, enseñar o convencer. Y estos tres propósitos están relacionados con tres tipos de informaciones: hechos, opiniones, inferencias.
Hechos: Son acontecimientos o sucesos comprobables.
Opiniones: Son juicios de valor.
Inferencias: Son deducciones que se extraen de un cosa a partir de la otra.
Observa ahora algunos ejemplos d estos tres tipos de formas en que presentamos una información.

Hechos
Con los ojos bien abiertos, casi sin pestañear y siguiendo con la mirada cada movimiento de los llamados duendes del Polo, los niños de la escuela 26 de Septiembre, ubicada en el km 13,5 de la avenida Samborondón, observaba el show navideño organizado por los estudiantes de tercero y quinto de Educación General Básica (EGB) y las madres del colegio Delta.
Sánchez, Carolina (2015.12.17). Colegios de Samborondón ayudan en Navidad. El Universo. Extraído el 12 de enero de 2016 desde la página web: http://goo.gl/aVFNyT.

Lo que se cuenta aquí es un suceso verificable. En efecto, el 17 de diciembre de 2015 ocurrió este hecho en ese lugar: unos niños mirando un espectáculo navideño en una escuela de la Costa. No hay opinión allí.
Quien cuenta el suceso (en este caso un periodista) se limita a describir lo que vio ese momento. No muestra su punto de vista acerca de si le gustó o no, si le pareció mal o bien, si nos resume el punto de vista de otra persona.


Opinión
Una película, por más que sea producto de una industria, o un elemento más de entretenimiento de masas, es un objeto de consumo que se debe desentrañar, sobre todo para establecer un discurso que nos coloque, en este momento histórico, de cara a aquellas experiencias que culturalmente se vuelven importantes.

Ya sea porque realmente lo sean o porque el marketing lo ha determinado así.
Estamos en un mundo en el que el cine de Hollywood usa al universo de los superhéroes como germen de sus grandes producciones y no podemos escapar de eso. Este año no lo haremos: en menos de un mes tendremos al Capitán América dándose de golpes con Iron-Man y semanas más adelante volverán los X-men a la pantalla, porque no hay nada más que hacer, el cine es ahora una plataforma en la que los personajes de los cómics se deben desarrollar, pero no como se supone que podría ser.

En este fragmento de Varas no nos cuenta hechos: los comenta. Prestemos atención a los adjetivos que usa: grandes, importantes, histórico. Estas palabras califican una realidad, por lo tanto, asumen una actitud. Y esta es propia del autor. Es, por tanto, un criterio personal de él, no un hecho objetivo, indiscutible. Podemos compartirlo o no.


Inferencia
Al llegar a la biblioteca, antes de encontrar el espacio exacto para los libros, me percaté de aquel sello de tinta azul que identificaba el nombre del propietario y la pertenencia de esos magníficos tomos a su biblioteca personal. El dueño resultaba ser un personaje público de gran prestigio que había incursionado en el mundo de las letras, y que pertenecía además a una familia de notables intelectuales ecuatorianos. Se me vino a la mente la imagen desapacible de esas extensas bibliotecas formadas en el tiempo por varios antepasados y engrandecidas por generaciones futuras hasta que, en algún mal momento, ese miembro de la familia al que siempre le estorbaron los libros, o quizás aquel otro que estaba pasando apuros económicos, tomó la decisión de regalar, subastar o mal vender el tesoro de sus padres o abuelos. Así, marcado por esa imagen desoladora, me entregué durante algunas semanas a «Los Thibault».
Tres años después, en circunstancias que no vienen al caso, conocí por casualidad al propietario original de los libros. Confieso que tuve que armarme de valor para decirle que yo tenía esa colección que él había perdido, o vendido o regalado, tiempo atrás.
El caballero (lo es en toda la extensión de la palabra), esbozando una sonrisa, me contó que muchos años antes había prestado esos libros a un amigo suyo, que éste nunca se los devolvió, y ahora, por fin, se explicaba qué había sucedido con ellos.
Extraído el 6 de julio de 2016 desde la página web: http://goo.gl/0bwrOs.

Aquí, la inferencia da gracia y atracción a la narración. El escritor infiere que el anterior dueño de los libros los vendió por un apuro económico o porque, simplemente, no le gustaban. Pero, luego, al conocer al verdadero dueño, se percata de que su inferencia no era la correcta; fue descartada por los hechos reales. Así entendemos qué es una inferencia: una conclusión extraída partir de un hecho y una opinión.

Actividades
¿Qué es una inferencia?
Palabra de origen latín desglosada de la siguiente manera; prefijo “in” (hacía), verbo “ferre” (llevar ) y la terminación “ia” que denota una (acción o cualidad), esto quiere decir que la inferencia es la deducción de una cosa a partir de otra, es el acto o proceso de derivar a un resultado o concluir.

¿En qué se diferencia de la opinión?
La inferencia es cuando una persona comparte o apoya los pensamientos e ideas de otra persona sobre un tema en específico y una opinión es cuando cada quién puede expresar libremente sus ideas y pensamiento sin necesidad de respaldarse de otros.

2 comentarios: